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SÍNDROMEXV SÍNODO GENERAL
DE LA CONGREGACIÓN DE LA PASIÓN

ROMA, 12-21 DE OCTUBRE DE 2015

Mensaje del Sínodo
a toda la Familia Pasionista

El sufrimiento de Jesús en el Refugiado y el emigrante


Durante estos días, los miembros del XV Sínodo General de la Congregación de la Pasión de Jesucristo han sido conscientes de la difícil situación de los refugiados y los migrantes en el mundo actual. Las escenas en la televisión de un gran número de desplazados que llegan a Europa desde Siria e Irak nos recuerdan la realidad del sufrimiento de los millones de personas en Oriente Medio, en África y en otras regiones, que se ven obligadas a abandonar sus hogares a causa de la guerra y la violencia, la pobreza y el hambre, y la ausencia de los requisitos básicos para la existencia humana.

Los llamamientos realizados por el Papa Francisco nos invitan a responder, como comunidades e individuos, a esta gran crisis de nuestro tiempo. En su mensaje para la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado 2016, el Papa escribe: "La revelación bíblica nos impulsa a acoger al extranjero; nos dice que al hacerlo, abrimos nuestras puertas a Dios, y que en los rostros de los demás vemos el rostro de Cristo mismo". Muchas instituciones, asociaciones, movimientos y grupos, organizaciones diocesanas, nacionales e internacionales están experimentando la maravilla y la alegría de la fiesta del encuentro, del compartir y de la solidaridad. Han escuchado la voz de Jesucristo: "He aquí que estoy a la puerta y llamo" (Ap 3,20)".

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La mayoría de los refugiados se instalan en un país cercano a su patria. Un número mucho menor realiza el largo y peligroso viaje a tierras lejanas donde a menudo no son bienvenidos. Para la mayoría, su mayor deseo es volver a casa cuando las circunstancias se lo permitan. A menudo, cuando llegan a un nuevo país, las personas con las que se encuentran les culpan de su situación. En el mensaje citado anteriormente, el Papa Francisco continúa diciendo: "Sin embargo, sigue habiendo debates sobre las condiciones y los límites que deben establecerse para la acogida de los migrantes, no sólo a nivel de las políticas nacionales, sino también en algunas comunidades parroquiales cuya tradicional tranquilidad parece estar amenazada. Ante estas cuestiones, ¿cómo puede la Iglesia no inspirarse en el ejemplo y las palabras de Jesucristo? La respuesta del Evangelio es la misericordia".

sinodal2Conscientes de las necesidades de los refugiados y de los migrantes, muchos de nuestros hermanos y hermanas pasionistas y otros miembros de la familia pasionista han atendido en el pasado, y siguen atendiendo hoy, a estas víctimas de la violencia y la pobreza, dedicándose a acoger a Cristo que "está a la puerta y llama". Las necesidades de los que llegan a un nuevo país como refugiados son muchas y variadas. Inicialmente puede ser la necesidad de comida, ropa y refugio. Aprender un nuevo idioma y adaptarse a la comida y las costumbres del país puede ser difícil. El acceso a la sanidad, los servicios sociales y el asesoramiento jurídico son algunas de las necesidades de los refugiados y migrantes. La integración en una nueva comunidad no es fácil, pero la Iglesia no está limitada por fronteras nacionales o culturales; sabemos que todos pertenecemos a la única familia de Dios.

Recordando las palabras de la Regla de San Pablo de la Cruz de que "el amor de Dios es muy ingenioso, y se demuestra no tanto por las palabras como por las obras y los ejemplos de los amantes" (Regla, XVI), animamos a todas nuestras comunidades a examinar qué pueden hacer para apoyar a los que llegan a su país o región sin las necesidades básicas de la vida. Trabajando en armonía la Iglesia local y la Conferencia Episcopal, y con las organizaciones humanitarias, cada comunidad debe buscar formas concretas de responder a esta gran necesidad. Nuestras Constituciones nos dicen: "Con espíritu de fe y amor fraterno, tratamos de discernir los signos de los tiempos, siguiendo el ejemplo de San Pablo de la Cruz, que vio 'el nombre de Jesús escrito en la frente de los pobres'". (Constituciones pasionistas, 72) En esta fiesta de San Pablo de la Cruz, rezamos para que toda la familia pasionista responda con amor a estas desafiantes palabras de nuestro Fundador.