FI adopta un enfoque basado en los derechos humanos en relación con la extrema pobreza, convencido de que la extrema pobreza es una violación de los derechos humanos. Los gobiernos tienen la responsabilidad de defender los derechos de las personas que viven en la extrema pobreza.

La mayoría de la población mundial está atrapada en un círculo vicioso de pobreza, desigualdad, falta de tierra, desempleo, degradación medioambiental, marginación y violencia, que le impiden disfrutar de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales básicos.
En 2012, la ONU adoptó una serie de principios rectores que se centran en los derechos humanos de las personas que viven en la pobreza, en los que la ONU definió la pobreza extrema como una violación de los derechos humanos, y no como el mero resultado de la falta de ingresos y medios financieros, y designó así al gobierno como primer titular de obligaciones, es decir, el responsable de abordar la cuestión.

Franciscans International está comprometida con la promoción de un enfoque de la extrema pobreza basado en los derechos, principalmente en la participación, el empoderamiento, la inclusión, la transparencia, la igualdad y la no discriminación. Con su organización asociada ATD Cuarto Mundo, FI ha traducido los Principios Rectores de la ONU sobre la Extrema Pobreza y los Derechos Humanos en una herramienta accesible y comprensible: